13.- Restauración de un hacha

VIENE DE CICLOLITO 9/10/14

Mi padre reformó el piso de mis abuelos y encontró algunas herramientas, nada específico, cosas para el bricolaje normal de una casa cualquiera. Entre ellas rescaté un par de limas, un destornillador, una cuña para rajar, una lezna y un hacha.
Es un hacha pequeño de unos 500g que estaba totalmente machacado (no quiero saber para qué lo usaron...)
Mi abuelo (el otro era ebanista) entre otras cosas trabajó algún tiempo como cromador y de vez en cuando cromaba algunos utensilios que tenía en casa.
La verdad es que no es muy buena idea cromar un hacha, porque al afilarlo puedes saltar este cromo y con la fricción se araña y luego no se puede recuperar. En cualquier caso, el cromado queda bonito, protege de la corrosión y sobretodo el hacha era de mi abuelo, lo cromó él. Tiene mucho valor sentimental.

El astil (mango) era muy corto, estaba podrido y parcialmente quemado. Lo primero que hice fue limpiar la cabeza y corregir la forma y el ángulo del filo que era prácticamente irreconocible, todo ello usando una amoladora eléctrica. Se me olvidó tirar fotos de cómo estaba antes!

Después busqué en internet una foto lateral de un hacha que me gustó, recorté la silueta, lo escalé, lo imprimí en 3 partes y me hice una plantilla con ello en un trozo de cartón.
En la foto se ve el hacha aún con el astil antiguo pero ya corregido el filo y limpia la cabeza.

Primero intenté rajar un tronco de fresno que cogimos (con permiso) después de un pequeño incendio en un parque de mi pueblo hace dos años. Con la ayuda de mi amigo Guille conseguimos sacar unos listones medio decentes después de un buen trabajo rajando y cortando trozos con una sierra circular.

Seguí todo el proceso que voy a detallar a continuación, pero cuando ya estaba avanzado me di cuenta que tenía un nudo en medio del astil y varias rajas insalvables. Igualmente lo usé para practicar, eso sí, sin esforzarme mucho... quedó un churro que ni pongo.

Entonces compré un trozo de tablón de fresno seco, sin nudos y sin rajas. Me costó el doble de lo que me habría costado un astil ya terminado, pero en fin... Sólo usé un trocito y pretendo sacarle partido. De aquí van a salir un montón de mangos para un montón de herramientas....

Primero medí el bloque que necesitaba para el astil y valiéndome de mi tornillo de banco, la cuña, una banqueta y demás, media hora después, lo conseguí (me tengo que comprar un serrucho mas grande!)

Un rato después lo reduje a un tamaño mas ajustado. Del listón fino sacaré el mango para una maza y todavía me sobra un trocito para un mango de destornillador, formón, gubia, escofina, lima...

Sólo por practicar y probar cómo quedó mi cepillo después de afilarlo con las piedras japonesas (a grano 6000) cepillé el bloque, lo cuadré y dibujé el controno con la plantilla.

Unos cortes y unos golpes con el formón y me quité lo gordo!

Después estrené mis bastrenes, el recto para las partes convexas y el curvo para las cóncavas. Perfilé un poco más el contorno y luego corté de nuevo para ajustar al ancho final. Ahora tengo una plantilla de fresno macizo para astiles de hacha de 48cm estupenda... Qué desperdicio!

Le hice el agujero para la cuerda (por si en algún momento se me ocurriese llevarlo de camping o algo así) y lo perfilé mucho más fino con los bastrenes.
Comprar una herramienta barata, aunque no la vayas a usar mucho es tirar el dinero, lo he comprobado muchas veces. Estos bastrenes son la versión de "marca blanca" de los Veritas, funcionan igual y cuestan 5 veces menos, no son baratos, pero merecen la pena. La de mangos, patas, cucharas, etc. que voy a hacer con ellos... jejeje

Un buen rato de bastrenes más y un poquito de lima para suavizar los bordes después:

Y ya lijado y con la cabeza ajustada. Fue muy tedioso el encaje de la cabeza y se vé que no debía ser de muy buena calidad porque tiene una forma irregular.

Después del ultimo retoque en el afilado y un par de manos de aceite (de Tung y Danés) ya está listo para lo que haga falta!