Por fin llegamos al acabado. He elegido un tinte para madera Lakeone color caoba. Una vez lijado a grano 400, apliqué tres manos de tinte dejando secar 4 horas entre cada una.
Primera mano:
Segunda mano:
Tercera mano:
Una vez seco, es importante darle una pasada con lana de acero grano 000 (triple cero) para quitar todo el polvo sobrante del pigmento y alisar las fibras que se levantan al aplicarlo.
Después decidí usar un acabado más natural que el barniz o poliuretano (al final es envolver en plástico la madera) ya que esta caja no creo que tenga un uso muy duro y habiendo probado el aceite de Tung (es un auténtico coñazo) decidí probar el Danish Oil que es una mezcla de aceites y barnices naturales, receta secreta de la yaya danesa, fácil de aplicar, resistente al agua y apta para juguetes y contacto con la comida.
El resultado es un brillo satinado. La diferencia con el barniz o el poliuretano es que estos forman una capa exterior a la madera que la recubre en su totalidad y luego se endurece, como una costra.
El aceite en cambio penetra en la madera y se seca dentro, de forma que no es una película protectora, acaba formando parte de la propia madera.
La pega del aceite es que hay que ir renovándolo de vez en cuando, pero en el caso de una caja como esta, de interior y sin mucho uso es que con un producto protector de la madera de vez en cuando debería bastar.
En cambio la pega del barniz es que los arañazos y desconchones no tienen solución y para renovar el acabado hay que lijarlo a fondo y repetir el proceso desde cero, además de ser más artificial, menos ecológico y perder el contacto con la madera, claro.
Primera y segunda capa (húmeda) de aceite Danés:
Tercera capa (seca) de aceite danés:
Por fin se secó todo el aceite y apliqué una mano de cera de abeja con carnaúba, que es una cera que produce una especie de palmera de brasil para protegerse de la sequía estacional. También llamada la reina de las ceras, es muy especial ya que tiene el punto de fusión más alto y una vez aplicada es muy dura, brillante y resistente.
Primero se aplica la cera con un trapo sin pelo (una sábana vieja), se deja secar unos minutos y luego se quita el exceso y se pule con un trapo de microfibras.
El brillo como siempre no se aprecia bien en las fotos, pero es satinado brillante.
Añadí las bisagras (que ya tenía probadas) unos imanes de neodimio como cierre pegados con epoxy (no sirven para nada, pero queda bien), forro de terciopelo autoadhesivo y voilá!
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